¿Por qué no lo superas? La Neurociencia que explica por qué tu cerebro se aferra a tu ex
La ruptura ha terminado, pero tu mente parece no recibir el memo. Te encuentras revisando sus redes, recordando momentos y sintiendo una punzada de dolor que te hace cuestionar tu fuerza de voluntad.
Si te preguntas por qué te cuesta tanto avanzar, la respuesta está en tu cabeza: tu cerebro está experimentando una especie de «síndrome de abstinencia».
Romper con una pareja es una de las experiencias más difíciles que podemos enfrentar. Aunque el tiempo es un gran sanador, a veces, nuestro cerebro se queda atrapado en el pasado, impidiendo que avancemos.

Como psicóloga cognitivo-conductual, he visto de cerca cómo los patrones de pensamiento y las conductas pueden revelar que la superación aún no es completa.
¿Te preguntas si realmente has pasado la página? Aquí te presento algunas señales claras de que tu cerebro todavía está lidiando con el recuerdo de tu ex.
Primero tienes que aceptar que estarás pasando por un duelo que no puedes evitar:
1. El proceso de duelo tiene diversas fases:
En primer lugar, se presenta la negación de la ruptura, lo que puede llevar a la persona a querer mantener el vínculo y a la no aceptación de los límites que el otro le ha marcado.
Segundo lugar, se experimentan sentimientos de rabia, que es el primer paso para aceptar la pérdida debido a que surge enojo con quien ha decidido romper el vínculo.
Tercer lugar, se pasa a un sentimiento de tristeza cuando se empieza a aceptar la ruptura del vínculo.
Finalmente, la fase de aceptación.
2. Dependencia emocional
Siempre digo lo mismo: una relación de pareja tiene que ser fácil. En ella tenemos que fluir. No debería ser una lucha (como creen tantas personas).
A veces no nos damos cuenta, pero en nuestro interior pensamos: «Tengo que esforzarme en hacer lo que él desee para que me quiera», «Tengo que hacer lo que sea para que me valore y que nunca me deje». ¡Esto es, sin duda, un gravísimo error!

Luchar, esforzarse, ¿para qué me quiera?, ¿para qué me valore?
La pregunta debería ser:
«¿Por qué está conmigo si ni me valora ni me quiere?».
3. Dejaste de ser tú para enfocarte en esa persona
Los pacientes con dependencia emocional se caracterizan por: tener una necesidad excesiva de la aprobación de los demás, gusto por las relaciones exclusivas y demanda de disponibilidad continua de la presencia de la otra persona, euforia excesiva y expectativas irreales sobre las relaciones de pareja.
Además de sometimiento o subordinación a la pareja (llegando a soportar desprecios y humillaciones), relacionado con el miedo a perder la relación.
Villa y Sirvent (2008; 2009) nos muestran a estas personas como pacientes con miedo a la soledad, baja tolerancia a la frustración y al aburrimiento, así como un vacío emocional junto a deseos de autodestrucción e ideación o intentos de suicidio.
Todos los autores suelen destacar la baja autoestima y el autoconcepto negativo hacia ellos mismos no ajustado a la realidad como uno de los aspectos clave en este trastorno.
Concretamente, Castelló en 2005 habla de depresión y de ansiedad comórbidas al trastorno, que normalmente están relacionados con el miedo a la separación o a la perdida de la relación y la soledad, y en menor medida los trastornos de personalidad.

Otros autores explican que los comportamientos como la ansiedad por separación y la búsqueda constante de expresión afectiva de la pareja llevan a estas personas a presentar ansiedad elevada y sentimientos de inferioridad (Lemos y Londoño, 2006).
En el caso especifico de las relaciones, donde una de las partes establece un vinculo amoroso basado en la dependencia emocional ; el temor constante a perder a la pareja y la demanda excesiva y exclusiva de la otra persona.
Provocan que la relación se tome en una serie de demandas afectivas e insatisfechas que intentan cubrir de manera desadaptativa con la pareja, llegando incluso al sometimiento y la subordinación, soportando desprecios y humillaciones por miedo a perder a la pareja objeto de su amor.
Regularmente, las personas que son dependientes emocionalmente buscan parejas que son egocéntricas, seguras de si mismas, dominantes y poco afectuosas, como una conducta compensatoria a su baja autoestima y temor.
En palabras de Castello, buscan parejas con esas características, porque las idealizan a tal grado que llegan a verles como dioses o seres excepcionales, sin percatarse que detrás de esa persona encumbrada a extremos inimaginables, muchas veces no hacen otra cosa que hacerle la vida difícil a la persona que es dependiente emocionalmente
Remordimiento, es mi culpa, hubiera hecho más, no encontraré a alguien mejor
El cerebro es un órgano altamente complejo que funciona gracias a la comunicación entre neuronas. Esta comunicación se lleva a cabo a través de sustancias químicas llamadas neurotransmisores.
Algunos de los neurotransmisores más importantes involucrados en el amor y el apego son:
Específicamente, el hipotálamo produce y libera hormonas como Oxitocina y Dopamina que está vinculada a la formación de vínculos afectivos y la sensación de bienestar.
Olvidar a un ex es difícil porque tu cerebro estaba literalmente «enganchado» a esa persona. Las relaciones románticas, especialmente al principio, activan los centros de recompensa del cerebro, liberando sustancias como la dopamina (placer) y la oxitocina (apego).
La Dopamina, es una sustancia que produce el cuerpo: Implicada en el placer y la recompensa. En una relación, los momentos felices liberan dopamina.
Cuando te enamoras, tu cerebro libera grandes cantidades de dopamina.
Cada mensaje, cada abrazo y cada momento feliz con tu pareja crea un circuito de recompensa que te hace desear más.
Tras una ruptura, hay una especie de «abstinencia» de dopamina, lo que puede llevar a la incapacidad de sentir placer y a la falta de interés en actividades que antes eran gratificantes, incluyendo comer.
Por eso, ver una foto, escuchar una canción o leer un viejo mensaje puede provocar una fuerte reacción, porque tu cerebro busca desesperadamente una «dosis» de lo que perdió.

1. El Síndrome de Abstinencia Dopaminérgico
Cuando estamos enamorados, el cerebro de la pareja funciona como un potente sistema de recompensa.
El Enganche: La presencia, el contacto físico o incluso la expectativa de ver a tu pareja dispara grandes cantidades de Dopamina en áreas como el Núcleo Accumbens. La dopamina es la hormona clave de la motivación y el placer.
La Ruptura: Cuando la relación termina, la fuente principal de esta dosis química desaparece abruptamente. Tu cerebro, acostumbrado a esa recompensa constante, entra en un estado similar al de la abstinencia.
Consecuencia: La intensa sensación de anhelo y la búsqueda obsesiva de tu ex (revisar redes, llamar, etc.) son intentos desesperados de tu sistema de recompensa por obtener una dosis más de dopamina para aliviar el dolor del «bajón» químico.
La oxitocina también se la ha llamado «la hormona del amor». Una de las investigaciones que afirman que la oxitocina, liberada durante interacciones íntimas como el contacto físico, emocional, la confianza y el apego.
Hipocampo: Involucrado en la memoria y las emociones. En el duelo, el hipocampo puede estar sobrecargado procesando recuerdos dolorosos y la imposibilidad de crear nuevos recuerdos positivos con la expareja.
Consecuencia: Los pensamientos negativos no te permite procesar; te mantiene anclado a una versión distorsionada de la realidad, impidiendo que el cerebro asigne nuevos recuerdos y experiencias al presente.
La pérdida de una relación significativa dispara una cascada de estrés que dificulta la toma de decisiones racionales.
Imagina que tu relación era un pilar importante en tu vida, una rutina, una fuente de seguridad y, a menudo, una parte de tu identidad. Cuando esa estructura se rompe, tu cerebro interpreta esto como una amenaza significativa.

La Amígdala vs la Corteza Prefrotal : La tristeza y el dolor activan la Amígdala (el centro de alarma), manteniendo el sistema nervioso en alerta. Esto consume energía que debería ir a la Corteza Prefrontal, el centro de la lógica y la regulación emocional.
El Control se Debilita: Con la Corteza Prefrontal agotada, te resulta más difícil controlar los impulsos (como contactar a tu ex) y te cuesta más reevaluar la situación con objetividad. El cerebro se rige por la emoción en lugar de por la razón.
Consecuencia: El estrés emocional post-ruptura te hace sentir menos capaz de manejar la situación y debilita tu capacidad de inhibir las conductas que sabes que son perjudiciales para ti.
Esto activa tu sistema de alarma interno, el mismo que se encendería si estuvieras en peligro físico se activa la hormona del Cortisol, niveles elevados de cortisol a largo plazo alteran los ciclos de sueño-vigilia, llevando al insomnio.
También puede suprimir el apetito, al afectar las hormonas que regulan el hambre y la saciedad, por que ya no tienes ese placer y esa felicidad
2. Ansiedad a una pérdida significativa:
Ansiedad normal, ahogo en el pecho, taquicardia, sudoración, temblor, insomnio, esto es lo que tu cuerpo siente y es natural, anormal seria no sentir…
Dime: ¿Qué historia te cuentas ahora que rompiste con esa persona?
Ansiedad exagerada, empiezas a evitar y no sentir, esa ansiedad que tú sientes, es porque te ancipaste a un futuro frente a esta ruptura, ejemplo: NO VOY A PODER CON ESTO, ME ESTOY VOLVIENDO LOCA, ESTO ES MUY FUERTE, ESTO QUE ESTOY SINTIENDO NO SE ME VA A QUITAR, ESTE VACÍO QUE ME ABRUMA SERÁ QUE DURARÁ PARA SIEMPRE, no encontraré una pareja.
¿Será que si mañana me vuelvo a enamorar voy a volver a sufrir?
Es aquí cuando cada estructura de nuestro cerebro interviene :
Tu cerebro utiliza una vasta red para procesar la experiencia de la relación y se queda atascado en un ciclo de pensamiento repetitivo.
A pesar de lo que hagas estas atrapado en un bucle de pensamientos y recuerdos, preguntándonos: «¿Por qué no puedo olvidar a mi ex?»
Lo que hay que tener muy claro es que debemos aprender a estar bien solos. Debemos saber estar a solas con nosotros mismos y sentirnos bien, tranquilos, a gusto.
Si en un momento determinado decidimos elegir a otra persona para compartir nuestro día a día, tiene que ser porque con ella estamos igual o mejor que cuando estábamos solos.
Por otro lado, debemos partir de la base de que solos estamos bien, que sabemos estar con nosotros mismos, ocuparnos de nuestro tiempo, tener cosas que hacer, cuidarnos, divertirnos y atendernos sin la necesidad del otro.

El cambio está en ti…Hacer cosas diferentes para lograr cosas diferentes
1. Pensamientos negativos
Si te encuentras pensando en tu ex de forma recurrente y obsesiva, es una señal de alerta. Esto va más allá de un simple recuerdo; se trata de pensamientos constantes sobre los «hubiera» y «podría ser».
Revives conversaciones, analizas cada detalle de la relación o te imaginas escenarios alternativos. Este patrón de pensamiento no solo te mantiene anclado al pasado, sino que también consume tu energía mental.
2. Espiar sus redes sociales
¿Revisas sus perfiles en redes sociales con frecuencia? ¿Observas quién le da «me gusta» a sus fotos o qué comentarios recibe? Esta conducta de «stalking» digital te conecta emocionalmente con tu ex y crea un ciclo de ansiedad.
Al espiar, buscas información que te confirme si está bien, si ya tiene otra pareja o simplemente cómo es su vida sin ti, lo cual te impide cerrar el ciclo.
3. Evitar lugares o actividades que compartían
La evitación es un mecanismo de defensa común. Si dejas de ir a tu cafetería favorita, al cine o a cualquier lugar que frecuentaban juntos, estás permitiendo que el recuerdo de tu ex limite tu vida. Aunque es normal al principio, la evitación persistente puede aislarte y evitar que crees nuevas experiencias y recuerdos positivos en esos espacios.
4. Comparar tus nuevas citas con tu ex
Si decides volver a tener citas, pero inconscientemente (o conscientemente) comparas a cada nueva persona con tu ex, es una señal clara de que no lo has superado. Frases como «mi ex no hacía eso» o «mi ex era más…» son indicadores de que sigues buscando las cualidades de tu relación pasada en las personas del presente.
Esta comparación impide que te conectes genuinamente con alguien más y aprecies sus cualidades únicas.
5. Idealizar la relación y olvidar lo negativo
El cerebro humano tiende a idealizar el pasado, especialmente cuando el presente es doloroso. Si solo recuerdas los momentos felices de la relación y minimizas los conflictos o las razones por las que terminaron, estás creando una versión distorsionada de la realidad. Esta idealización te hace creer que la relación era perfecta, lo cual dificulta que aceptes el final y avances.
6. La ira y el resentimiento persistente
Aunque la tristeza es una emoción esperada tras una ruptura, la ira intensa y el resentimiento prolongado también pueden ser señales de que no has superado a tu ex.
Sentir un profundo enojo hacia la otra persona o hacia ti mismo por lo sucedido te mantiene emocionalmente conectado a la relación. La verdadera superación a menudo incluye un proceso de perdón, no necesariamente para el otro, sino para ti, para liberarte de esa carga emocional.

¿Qué puedes hacer al respecto?
Si te identificas con alguna de estas señales, no te desesperes. El primer paso es reconocer que necesitas sanar.
El enfoque de la terapia cognitivo-conductual, se centra en ayudarte a identificar y modificar estos patrones de pensamiento y conducta para que puedas recuperar el control de tu vida emocional.
Buscar ayuda profesional puede ser de gran utilidad. Un terapeuta puede brindarte herramientas y estrategias para procesar tus emociones, dejar de lado los pensaminetos negativos y construir un futuro donde la felicidad no dependa de lo que fue.
